21 Dic Actitud vs. Aptitud: ¿qué deben priorizar las empresas?
Está claro que para desarrollar determinados trabajos es necesaria cierta formación especializada que solo se puede conseguir a través de Módulos Profesionales, carreras universitarias o formación específica. Sin embargo, otro punto fundamental para que el desempeño sea totalmente eficaz es contar con otras habilidades que enriquecen el trabajo de los empleados.
Hasta hace muy pocos años, los reclutadores tan solo se fijaban en los estudios con los que contaba el candidato para realizar su contratación, sin tener en cuenta otro tipo de actitudes como la proactividad o la capacidad de comunicación. Esto desembocaba en problemas a la hora de la realización de tareas que requerían de factores humanos por encima de técnicos.
Y no ha pasado solo en momentos puntuales: de hecho, la mismísima Google acostumbraba a contratar a los alumnos de Standford que obtenían mejores calificaciones hasta que un informe interno descubrió que, de todas las características que tenían los empleados, sus habilidades técnicas eran las que menos influían a la hora de generar beneficios.
Por supuesto, esto no quiere decir que haya que despedir a estas personas, si no identificar y reforzar sus puntos y competencias a mejorar. Precisamente eso es lo que hizo Google que, a través de sesiones de coaching, en tan solo seis meses, implementó estas acciones y obtuvo una mejora en el 75% de los líderes de equipo.
De esta manera, podrás contar con un equipo de profesionales crack que cuenten con todas las competencias necesarias, tanto técnicas como personales, para desempeñar el trabajo con el mejor de los éxitos.
Por ello, la clave está en cohesionar tanto aptitudes como actitudes y darles la misma importancia a ambas. Para esos diamantes en bruto que todavía están por pulir, la solución es clara: formación en habilidades para alcanzar el éxito en la Era Digital.